Cuestionar a Dios / Questioning God
Como seres humanos con la capacidad de razonar, nos podemos encontrar cuestionando a Dios. Por ejemplo, al reflexionar acerca de la maldad, dolor y sufrimiento que existe en nuestro mundo se puede sentir muy natural cuestionar a Dios. ¿Por qué has permitido el mal y por qué lo sigues permitiendo? Sospecho que esta es una pregunta que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas. Y podríamos sentirnos inclinados a estar en desacuerdo con Dios, en este o cualquier otro tema.
Pero hay una dificultad en no estar de acuerdo con Dios en la que realmente nunca había pensado hasta que leí una pequeña sección en el libro Mero cristianismo de C. S. Lewis. Para no estar de acuerdo con Dios necesitamos usar nuestro poder para razonar. Pero… Él es la fuente de donde se obtiene todo nuestro poder de razonamiento. Entonces, ¿cómo podemos nosotros tener razón y Él estar equivocado acerca de cualquier cosa? ¿Podemos decirle a la fuente de nuestra razón que Sus razones están equivocadas? No es posible que nosotros tengamos razón y que Dios esté equivocado, como tampoco es posible que un arroyo se eleve más alto que su manantial. Por cierto, esa imagen proviene directamente de un capítulo de otro libro de C. S. Lewis titulado La alternativa impactante.
Ahora bien, si lo que estoy tratando de decir aún no está claro, creo que otra analogía puede ayudarnos a dar sentido a lo que dice C. S. Lewis. Imaginémonos a nosotros mismos como un personaje de un libro. Como personajes de un libro, sean cuales sean nuestros pensamientos, estos nunca superarán los del autor. Y es que nuestros pensamientos se limitarían a los del escritor. No es una analogía perfecta, dado que los personajes de los libros no tienen libre albedrío, obviamente, pero creo que es una analogía útil. Nos ayuda a ver la imposibilidad de que los seres humanos estén en lo correcto mientras que el pensamiento de Dios sea erróneo.
No digo que nuestro poder de razonamiento no pueda explicarse por otros medios. Tal vez una explicación evolutiva puede ser suficiente. Es una propuesta fascinante que también debería ser considerada. Pero para mantener la simplicidad, la dejaré en el aire para un futuro post. Por el momento, supongamos que la fuente del poder del raciocinio es Dios. Si Dios es la fuente de nuestro poder de razonamiento, y discutimos contra Él, entonces, según C. S. Lewis, somos como un hombre que está cortando la rama en la que se sienta. Porque, verás, Dios es la fuente de la razón misma. Y si realmente nos aisláramos de esa fuente, caeríamos de la razón directamente a la locura.
Sin embargo, para ser justos, no vemos que eso suceda. De hecho, muchos seres humanos que argumentan contra Dios son pensadores brillantes. Ellos razonan en contra de Dios y Su existencia sin dejar de ser personas inteligentes. Y esto trae dos cosas a la mente: 1) Dios es misericordioso incluso con aquellos que se oponen a él; y 2) Los que se le oponen son como los que muerden la mano del que les da de comer, ya que tienen que usar la misma razón que Dios les dio para oponérsele.
Por supuesto, este apasionante tema tiene muchas posibilidades de discusión. Por el momento, dudo mucho de que alguien pueda razonar más allá de los razonamientos de Dios. La discusión está abierta.
Questioning God
When we read about evil or see evil first hand, it can feel natural to question God. Why do you
allow evil and why do you keep on allowing it? I suppose part of the answer, if not the entire answer, is found in the idea of free will. God could have created creatures that weren’t capable of inflicting pain and
suffering. But then again, this would be at the cost of our free will. And without free will, we would be
mechanical creatures incapable of genuine love and affection for one another. So I suppose, even though
free will has made evil possible, God thought it was worth the risk. That’s because God didn’t want robots
or puppets on strings. He wanted creatures that could do genuine good. Even knowing all this, it’s still hard to agree with God’s choice in giving us free will at times. Given all the pain and suffering that free willhas made possible, it can be tempting to disagree with God.
“As the heavens are higher than the earth, my ways are higher than your ways, and my thoughts higher
than your thoughts.” Isaiah 55:8
But there is a difficulty in disagreeing with God that I’ve really never thought about until reading a
small section in C.S Lewis’ book Mere Christianity. In order to disagree with God we need to use our
power to reason. But … He is the source from which all our reasoning power is obtained. So how then
can we be right and He be wrong about anything whatsoever? Can we tell the source of our reason that
His reasons are wrong? It is no more possible for us to be right and for God to be wrong than it’s possible
for a stream to rise higher than its source. That illustration comes straight from a chapter in C.S Lewis’
book called the “The Shocking Alternative,” by the way.
Now if what I’m trying to say is still unclear, I think another analogy can help us make sense of
what C.S Lewis is saying. We must picture ourselves as a character in a book. And as characters in a
book, whatever our thoughts are, they will never surpass that of the writer of that book. And that is
because our thoughts would be limited to those of the writer. It’s not a perfect analogy, given that
characters in books don’t have free will and such, but I think it’s a helpful analogy. It’s an analogy that
helps us see the impossibility of human beings to be correct in their thinking and for God’s thinking to be
wrong.
I’m not saying our reasoning power can’t be explained by some other means. Maybe an
evolutionary explanation can suffice. It’s a fascinating proposition that ought to be entertained as well.
But for simplicity’s sake, suppose that the source is in fact God. If he is in fact the source of our reasoning
power, and we argue against God, then, according to C.S Lewis, we are akin to a man that is cutting off
the branch he sits on. Because, you see, God is the source of reason itself. And if we were to actually cut
ourselves off from that source, we would naturally then fall from reason right into foolishness.
Yet, to be fair, we don’t quite see that happening. In fact, many human beings that argue against
God are brilliant thinkers. They reason against God and His existence while remaining intelligent people.
And this brings two things to mind. 1) God is gracious even to those that stand against him. And 2) Those
that stand against him are like ones that bite the hand that feeds them, since they have to use the same
reason that God gave them in order to stand against God.
Now I realize there is so much more to say. There can be objections, questions, and I welcome
thoughtful responses. All I think my intention is for now is to simply grab big ideas from books and podcasts that I love and share them in my own way. I want to continue doing this to deeply understand the ideas that I find meaningful and to share them to inspire meaningful conversations.